Ejemplos de textos argumentativos

Los textos argumentativos son esos que muestran elementos, justificaciones y alegaciones con el propósito primordial de persuadir el lector sobre un preciso criterio.

El texto argumentativo se encuentra dentro de los tipos más abordados en la escuela. Esto es porque despierta la aptitud de expresar ideas, críticas y la posición de quien lo escribe sobre un tema preciso.

Esta clase de texto incluye diferentes géneros como disertación, artículos de opinión, teoremas, carta argumentativa, editorial, etc.

El texto de carácter argumentativo busca seducir al lector sobre asunto concreto, por eso es importante tener argumentos y una base, es decir, un criterio central sobre aquello de lo que se vaya a tratar. Únicamente de esta forma va a ser viable seducir al interlocutor sobre una perspectiva.

En los géneros argumentativos escritos, más que nada, conviene que el criterio sea anunciado de manera clara al inicio del texto. Así, por medio de una explicación objetiva y con diversidad lexical sostenida o defendida, se puede seducir al lector de lo que el emisor está defendiendo.

¿Cuáles son las propiedades de los textos argumentativos?

Al igual que los textos narrativos, instructivos, informativos o descriptivos, los textos argumentativos tienen unas propiedades concretas.

La composición general de un texto argumentativo radica en primera parte, avance y conclusión. ¡Ojo, que aquí el orden debe ser respetado! Todas esas partes tienen una utilidad diferente dentro de la estructura textual.

En la primera parte, mostramos el asunto que va a ser tratado en todo el texto, además de la posición que va a ser creada a respecto del asunto.

El avance es el argumento y puede ser considerado como el corazón del texto, por eso, comúnmente, tiene bastante más de un párrafo. De una manera general, cada argumento en defensa del asunto debe corresponder a un párrafo.

La conclusión es la parte final del texto. Es el instante en el que va a ser retomada la proposición central. En este momento se tienen como base los argumentos desarrollados a lo largo de el texto.

Conociendo la composición, queda más simple comprender por qué un texto argumentativo precisa tener algunas propiedades.

Cuando un texto de este tipo es constituido desde una disertación objetiva, el creador no se identifica con al lector, sino que enuncia argumentos de forma impersonal.

Esto otorga al texto la sensación de imparcialidad, incluso cuando la opinión del creador es expresada. Sin lugar a dudas, es el tipo de texto argumentativo que más se ve en la web, pero hay todavía una perspectiva subjetiva.

En la situación de esa disertación se utiliza la primera persona del singular, de forma que queda muy visible que la opinión es del creador del texto.

Es considerable tener en cuenta que, al seleccionar una de las maneras de crear el texto argumentativo, es primordial seguirla hasta el desenlace.

Vamos por las partes: Primera parte, Composición o Avance y Conclusión.

¿Cómo es la primera parte de un texto argumentativo?

Diferente a la vivencia del estudiante, que con seguridad leerá hasta el objetivo, este es un instante fundamental para el productor de contenidos web: debido a que es cuando el lector escoge si sigue leyendo el texto o no. Asimismo, sin una primera parte interesante, el lector no va a seguir hasta el desenlace.

Algunas recomendaciones que te daremos tienen la posibilidad de guiarte para dar forma el inicio del texto de una forma más amena.

Hay una propiedad eficaz de los buenos textos argumentativos que puede ser aplicada a todos tus publicaciones de blog. ¿Todos? Sí, todos. Y ¿cuál es? ¡Sé claro y objetivo!

Ofrecer claridad y objetividad al texto revela conocimiento, seguridad y autoridad sobre el tema.

Entonces, en ese primer instante es considerable utilizar menciones o citas impresionantes, cuestiones retóricas o datos y ejemplos que refuercen lo que quieres comentar.

En el marketing de contenidos hay algunas especificidades: contar historias y llevar a cabo cuestiones que la persona se haría a sí misma son buenos caminos para atraer a tu lector desde el principio de tu texto.

Se recomienda que siempre comprendas bien a la persona con la que tu texto va a conectar. En este momento, ahora, presentaremos algunos ejemplos de primera parte.

Introducción con Narración

«Johana tiene 18 años y tiene ganas de cursar periodismo en la facultad. Hoy, su historia en la preparatoria, le pide selecciones y ella ya lo sabe: va a tener que estudiar, como mínimo, ocho horas día tras días para poder alcanzar su sueño. Como Johana, hay millones de adolescentes que llenan la mayoría de sus días aprendiendo. ¿Será que el modelo vigente de lección está surtiendo efecto en el país?».

Ese es un caso de muestra de primer parte de un texto argumentativo que muestra la historia de un personaje para remarcar la opinión del escritor. En esta situación, sobre el modelo clásico de educación.

Precisamente, es viable sentir que en el resto del texto va a haber cuestiones sobre el de sistema educativo. Eso es positivo porque el lector puede ver que el creador va directo a su punto.

Introducción conceptual

Otra oportunidad para atribuir valor desde el comienzo de tu texto es conceptuando el tema sobre el cual vas a escribir. Entre otras cosas, en este articulo, un asesoramiento sería comenzar así:

«Los textos argumentativos son esos que muestran elementos, justificaciones y alegaciones con el propósito primordial de persuadir al lector sobre un preciso criterio. Pero, ¿es viable usar elementos de ese tipo textual además para escribir blog posts?, ¿es viable acordarse de esos elementos para crear una aceptable disertación?».

Introducción con mención

«La creatividad es de mayor relevancia que la ciencia, porque la ciencia tiene límites. Además, la creatividad consigue todo el planeta».

La cita del científico Albert Einstein puede ser una invitación a la reflexión sobre el número de horas que los adolescentes tienen que estudiar las materias para poder llevar a cabo su ingreso en la educación superior. ¿Es viable decir que el sistema de educación está formando personas?

Traer la iniciativa de otra gente a tu texto puede ofrecer más probabilidad a tu criterio. Ese elemento puede transformarse en un apreciado punto de conexión con el lector, una vez la cita despierta la atención sobre el tema.

¿Cuál es la composición de un texto argumentativo?

Los textos argumentativos tienen que enseñar 3 elementos:

  1. La proposición, es decir, la opinión que va a ser defendida.
  2. Los argumentos, que sujetan esa opinión.
  3. La conclusión, que condensa y refuerza lo que fue anunciado.

A lo mejor vas a estar suponiendo que viste esa división con los nombres de primera parte, nudo y desenlace. Pero, en la situación de los textos argumentativos, hay muchas construcciones que son probables. El texto puede empezar con:

Tesis

Esa es la composición clásica. Este texto inicia con la exhibición de la proposición en la primera parte, que se protege por medio de los argumentos desarrollados en los párrafos siguientes y, por último, retomada en la conclusión.

Comenzar por la proposición es una aceptable forma de crear una primera parte sucinta y honesta, que dice para el lector cuál es el propósito del texto.

Argumentos

En ese caso, los argumentos son presentados primero y su avance lógico transporta a la proposición. La iniciativa es conducir el raciocinio del lector, de forma que él coincida con la conclusión del texto a la medida que lo lee.

Esa es una aceptable composición para despertar la curiosidad o para enseñar críticas opuestas, que tienen la posibilidad de lograr que el lector se cierre a la explicación si no es compartida desde el comienzo.

Un excelente ejemplo de formato de texto para la web que tiende a ser constituido siguiendo esa composición son esos que comentan al lector por qué invertir en un CRM (o algún otro producto), entre otras cosas, que puede ser benéfico para la compañía.

¿Qué técnicas hay para llevar a cabo textos argumentativos?

Antes de empezar especialmente con las tácticas que tienen la posibilidad de hacer mejor tus textos argumentativos, una pregunta: ¿conoces la distinción entre estrategia y argumento?

Enseñando sucintamente, un argumento es toda la información que usas para proteger tu criterio. Y las estrategias son las formas en que expones, articulas y presentas esa información.

En eso nos acercamos bastante a los campos de la retórica y de la lógica, superficies de estudio de la filosofía.

Pero no es necesario coger tu libro de la escuela, porque vamos explicarte sobre algunas tácticas argumentativas que tendrás la posibilidad de usar en tus textos.

Analogía

La analogía es una figura del lenguaje que radica en entablar paralelos y semejanzas entre ocasiones que, al principio, parecen diferentes.

Con esto, es viable arrimar la circunstancia mencionado a las vivencias vividas por tu lector (en marketing de contenidos, por tu persona), haciendo más fácil el entendimiento de algo fuera de su situación.

Cuando es bien aplicada, esta estrategia facilita incrementar el apelo emocional del texto. Sin embargo, para eso es requisito asegurar que no sea muy sencilla.

Apelo emocional

Esta estrategia está relacionada con el pathos, palabra que, para los griegos, significaba la pasión y el sentimiento.

La iniciativa es ocasionar la emoción en tu lector, con la intención de apoderarte del lado emocional de alguna opinión, por más racional que parezca.

Para escribir un texto con bastante apelo emocional es recomendable comprender las dolencias de tu persona y seleccionar argumentos próximos a su situación.

Más allá del nombre «apelo emocional», lo mejor es no exagerar.

Prolepsis

Este es el nombre exclusivo de la estrategia de anticiparte los argumentos de tu interlocutor.

Esta estrategia es fácilmente observada en debates políticos, en los que un candidato, conociendo los temas de su contrincante, deconstruye sus argumentos antes de que logre presentarlos, exigiéndole más esfuerzo para argumentar.

La prolepsis puede ser usada, entre otras cosas, para estructurar un texto sobre la consideración de seguir estando físicamente activo.

Puedes comenzar tu producción apuntando a las primordiales objeciones de las ocupaciones físicas y deconstruir todas ellas en un intertítulo.

¿Qué tipos de textos argumentativos hay?

En este momento, que ya conocer algunas tácticas que tienen la posibilidad de guiarte en tu texto, observaremos algunos tipos de argumento que puedes usar para sostener tu tesis:

Argumento de autoridad

Ese argumento muestra la probabilidad de tu fuente, como un centro de exploración, un investigador o un testigo.

La fuerza de ese argumento viene justo de la fuente, por esto es primordial integrar links para las indagaciones nombradas o decir el nombre de la institución donde la información fue colectada.

Decir «las indagaciones apuntan» es semejante a no decir nada, porque, cuando haces esto, estás omitiendo la probabilidad del argumento.

Es requisito decir, además, que, cuando estás escribiendo como un ghost writer, tu propia autoridad no significa nada, porque tu nombre no está relacionado con el texto.

Da igual si eres experto en el tema sobre el cual estás escribiendo: te va a ser primordial sostener tus argumentos con fuentes confiables.

Argumento de ilustración

Aquí hablamos de usar ejemplos para corroborar que los puntos expuesto son, de hecho, reales.

Es considerable nombrar que los ejemplos no requieren ser solo positivos: si la iniciativa es corroborar, entre otras cosas, la necesidad de poner una placa de identificación en tu perrito, puedes nombrar no solo casos en los cuales la existencia de la placa tuvo un final feliz, sino, además, ocasiones en las que, por no tener la identificación, el animal no fue encontrado.

Argumento de causa y consecuencia

Para corroborar una proposición, puedes buscar las relaciones de causa (motivos, razones) y de secuelas (efectos, resultados).

Argumento de pruebas concretas o principio

Al usar argumentos sostenidos en pruebas concretas, buscamos evidenciar la proposición a través de aclaraciones concretas, correspondientes a la verdad. Tienes la posibilidad de usar datos estadísticos o falsos o hechos destacables de dominio público.

Argumento por analogía

Es el argumento que parte de la conjetura que hay que tratar algo de forma igual, ocasiones iguales.

Las citaciones de jurisprudencia son los ejemplos más claros de argumentos por analogía, que es muy servible porque el juez va a estar, de algún modo, bajo la influencia para elegir según lo resuelto en ocasiones anteriores semejantes.

Argumento de sentido común

Es el argumento que tiene dentro una declaración que muestra consenso general, incontestable. Son más usados cuando se quiere proteger un criterio, una opinión, un argumento que es masificado.

De esta forma, nadie puede decir nada en contra, ya que es reconocido internacionalmente.

Argumento de fuga

Este argumento tiene como base la intención de querer escaparse de una controversia central, donde los argumentos no van a ser válidos (por lo menos, no mantendrán ese carácter). Generalmente, se usa la subjetividad.

A parte de estos de argumentos, hay otros muchos como por raciocinio lógico y citación. En este momento que ya conoces los tipos de argumentos de los textos argumentativos, fíjate en algunos ejemplos.

Argumento de lógica

Probablemente viste esos ejercicios sencillos de lógica compuestos de 3 sentencias, como «Todo hombre es mortal. Sócrates es hombre. Entonces, Sócrates es mortal». Esa es la composición elemental de los argumentos lógicos.

Pero no te es necesario dividir todo tu texto en premisas y conclusiones e intentar abarcar el raciocinio lógico entre ellas.

Argumentar por lógica es más sencillo que eso – relaciones de causa, consecuencia y de condición, son ejemplos de argumentos lógicos.

Aquí va una mención particular a las trampas lógicas.

Las trampas lógicas son intentos de seducir al lector por medio de aclaraciones que no siguen una lógica coherente. Entre otras cosas, significa usar argumentos desconectados para hacer un apelo emocional exagerado o deshacer el argumento de un individuo para un contraataque más deslumbrante.

Esa es una forma de debilitar tu argumento. Entonces, lo mejor es evadir algunos caminos que nos inducen al uso de esas trampas.

Usando el ejemplo citado antes, sería algo en ese sentido: «Todo hombre es mortal. Sócrates es hombre. Joana no es hombre. Entonces, Joana es inmortal». ¿Perdón?

Entonces, no seas ese redactor que usa ese tipo de argumento por lógica usando una secuencia non-sense para sostener un criterio.

Identifica las trampas lógicas en tu texto, ¡y sácalas!

¿Qué ejemplos de textos argumentativos hay?

En esta oportunidad, vamos a enseñar 4 ejemplos de argumentos:

1. Información acerca de temas educativos

«El tabaco es el inconveniente más grave de salud pública en el país. De esta forma, como no admitimos que los comerciantes de marihuana, pasta base o heroína hagan campañas de publicidad para nuestros hijos en la televisión, todas las maneras de propaganda de cigarrillos deberían ser prohibidas finalmente. Para los desobedientes, cárcel».

VARELLA, Dráuzio. In: Folha de São Paulo, 20 de mayo 2000.

2. Oraciones impresionantes y de carácter personal

«Considerando la afirmación de Bertrand Russel, lo que más seduce al hombre no es tener bienes materiales, sino el prestigio que esos bienes le ofrecen».

3. Salve de hechos históricos

«El azar puede originar enormes descubrimientos. Alexander Fleming, entre otras cosas, cultivaba bacterias. Un día, al acaso, verificó que los hongos que emergen en el frasco mataban a las bacterias presentes en el envase. Del estudio hecho con esos hongos surgió la penicilina».

4. Ideas lógicamente enlazadas

«Al admitirse que la vida humana es el bien más exacto del hombre, es imposible aceptar la pena de muerte, cuando existe siempre la oportunidad de error jurídico que, en esta situación, sería definitivo».

Conclusión

Esta etapa del texto es perfecta para recobrar tu criterio, reforzarlo y, si es viable, acercarlo de la verdad.

En la situación del marketing de contenidos, un óptimo sendero es sugerir a la persona cómo tu artículo le puede ser servible en su historia.

Generalmente, ese es el instante en que el creador del texto dice al lector: «me importas y deseo que aprendas; quiero sugerirte todavía más contenido».

Otro atributo considerable de una aceptable conclusión es integrar la llamada a la acción, en inglés: call to action.

Este debe señalar el siguiente paso que quieres que el lector lleve a cabo desde tu texto, como comunicar el contenido en las comunidades, dejar un comentario o bajar e-book.

Para las situaciones del texto argumentativo, ese es el instante que tienes para terminar la charla, presentando una satisfacción y/o sugerencia para el inconveniente mencionado.

Pero recuerda, que sea de forma sucinta y directa. ¡Sin lío!

¿Te imaginabas que hubiera tantas cosas detrás de la redacción cuando escribías preparándote para tus exámenes?

Es todo por el momento. Ya conoces cómo llevar a cabo tus textos argumentativos y producciones para web coherentes y bien escritas.

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