¿Qué es el bullying?

¿Sabes qué es el bullying? El acoso escolar o bullying es una persecución y hostigamiento psicológico o físico que uno o varios alumnos ejercen contra otro. Con estas acciones que se prolongan en el tiempo, el acosador o acosadores obtienen una ventaja sobre la víctima a la que maltratan, intimidan, asustan y dañan.

Debes saber que el bullying es algo que sucede en todo tipo de edades, nacionalidades y clases sociales. Para poder atender el problema y evitar lamentables consecuencias, es fundamental una denuncia a tiempo.

¿Qué es el bullying?

Esta palabra anglosajona se compone de la voz bully, que significa peleón o matón, y el sufijo -ing, que indica una acción. Podemos definir al bullying, por tanto, como una conducta agresiva o maltrato de un individuo o grupos de individuos a un tercero. El objetivo es provocarle un daño premeditado. 

A nivel estadístico, la edad a la que se producen estas acciones es entre los 7 y los 14 años. Sin embargo, también se pueden producir en niños más pequeños, aunque carecemos de metodología científica para medirlos.

Se suele dar en centros educativos y surge porque algunos estudiantes practican actos intimidatorios y violentos constantes sobre otro compañero. Su propósito no es otro que hacerle sentir inseguro y entorpecer, de este modo, su desempeño en las clases.

Por regla general, las víctimas suelen ser niños y jóvenes de apariencia sumisa, con inseguridades y baja autoestima. Son personas que ya suelen ser diferentes de la media. 

El motivo por el que surgen estas prácticas tiene diferentes orígenes y algunos de ellos son la familia o los medios de comunicación. Por ejemplo, un niño expuesto a violencia familiar puede asumir y adquirir este tipo de comportamiento y manifestarlo con sus compañeros en clase.

Los videojuegos y medios de comunicación también pueden influir en el comportamiento agresivo debido a la violencia que muestran.

Tipos de bullying

El bully u hostigador es la persona que ejerce ese tipo de acciones y lo hace de tal manera que es complicado de detectar por padres y profesores. Aunque en su perfil se reúnen las siguientes características:

  • Poco control e impulsividad.
  • Ausencia de empatía.
  • Personalidad irritable y agresiva.
  • Tendencia a conductas amenazantes y violentas.
  • Actitud provocadora.
  • Es posible que proceda de una familia disfuncional.
  • Su físico suele ser imponente.

Por otro lado, también cabe destacar que el bully no tiene por qué ser un niño, también puede ser un adulto. Al trasladar esta situación al mundo de los adultos pasamos a denominarle mobbing. Suele ocurrir en el entorno laboral y su frecuencia es mayor de la que puedas imaginar.

Ahora que ya sabemos cómo es el perfil del bully, veamos qué tipos de bullying existen:

Psicológico

Se ataca a la autoestima de una persona con el objetivo de provocarle temor. El acosador manipula, amenaza, chantajea y persigue a la víctima hasta que su autoestima disminuye.

Es una forma de maltrato que no se identifica con facilidad, puesto que se lleva a cabo a espaldas de personas que puedan darse cuenta de lo que sucede.

Una mirada, un gesto o una señal desagradable pueden ser suficientes para amedrentar a la víctima y hacerla más indefensa y vulnerable.

Verbal

Se caracteriza por recibir en público apodos, sobrenombres, insultos, desprecios, ataques a defectos físicos. Esto provoca en la víctima un gran daño psicológico en el que su conducta se ve afectada. Además, tenderá a aislarse de su entorno para evitar ser humillado.

Sexual

En este tipo de abusos e intimidaciones sexuales la sexualidad de la víctima es el objetivo central. También se produce al tocar los genitales a una persona cuando está distraída. Un claro ejemplo de este tipo de acosos es obligar a una persona a ver pornografía.

Del mismo modo, los comportamientos homófobos también se enmarcan en este tipo de bullying. Aquí el maltrato está orientado a la sexualidad de la víctima y puede producirse por motivos homosexuales imaginarios o reales.

Físico

Consiste en agredir con empujones, patadas, encierros, golpes… a una persona, ya sea de manera individual o grupal.

Exclusión social o bloqueo

El objeto que se persigue es exiliar o apartar a una persona del grupo. El hostigador ignora a su víctima y se pone de acuerdo con más personas para que hagan lo propio. Impiden que esa persona participe en las actividades, no lo incluyen en los juegos o, si propone algo, nadie le sigue. En definitiva, actúan como si esa persona no existiera.

Un ejemplo es un niño nuevo en una escuela donde se siente rechazado e ignorado porque no le dan la oportunidad de integrarse.

La tecnología como acoso: ciberbullying

El ciberbullying se aprovecha de la tecnología para ejercer un acoso de carácter psicológico. Es una forma de hostigar, amenazar, atormentar, humillar y molestar a una persona, generalmente menor, con ayuda de videojuegos, telefonía móvil o Internet.

Esta modalidad es distinta a la del abuso escolar porque atiende a otras causas y se manifiesta de forma diferente. ¿Cómo se produce el ciberbullying?

  • Se suben a Internet imágenes reales o montajes, datos privados… que pueden ridiculizar o perjudicar a la víctima al hacerlos público.
  • Creación de perfiles en foros o redes sociales de la víctima donde se suplanta su identidad y se confiesan acontecimientos.
  • Apoderarse de las contraseñas del correo electrónico y cambiarlas para que la víctima no tenga acceso. De este modo, no solo se viola su intimidad, sino que la pierde.
  • Hacer circular rumores en la Red sobre comportamientos reprochables, ofensivos y desleales con el objetivo de que otros tomen represalias, sin ponerlo en duda.

Importancia de la vigilancia del bullying

Cada vez se realizan más campañas de concienciación social sobre este problema, especialmente en la comunidad escolar. Con ellas se pretende frenar este tipo de violencia y ofrecer alternativas a las víctimas para que puedan actuar y defenderse.

De la misma manera, tolerar ese tipo de comportamientos en tu presencia te hace cómplice, por ello, se hace énfasis en denunciar al maltratador.

Este problema afecta a una gran cantidad de niños y jóvenes. Les crea estrés, baja autoestima y, en algunos casos, pueden llegar a enfermar. Como consecuencia, no desean jugar, ir al colegio y no se concentran en las labores escolares. Además, les preocupa no saber cómo actuar ante su hostigador.

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